martes, enero 30

Contemplación

 La espesa neblina en mi alma

abraza a estas noches

con su latido de lata,

y disociar es expandirse

quedarle grande a esta casa

pero tan pequeña al mar

que dentro revienta y rebosa,


es el constante susurro de sus olas

el que me hace levitar en el ahora,

hilar diálogos en dialectos que desconozco

porque estoy, pero no atiendo,

no comprendo el vaivén

en la rutina y sus relojes,

soy una nube en ascenso,


y me pierdo,

soy el sol azotando los tejados,

la bruma que abraza esta noche,

el frío silbando en la ventana,

solo habito ...

instancias, estancias, latidos,

la estela incandescente en todas las cosas


y a veces solo no existo,

no me contengo

soy el nudo en las palabras

que no digo,

el ave inquieta

enjaulada en el miedo,

en el revelarse libre,


Soy el tremor

de sentirse vivo

sin alzar el vuelo.

Rito

 Hablar de ti

es sentarse en silencio

a encender palabras

con el fuego del caos,

es desgranar la tarde

con la insolencia del recuerdo,

cuando escucho las alas

de tu mendiga voz en el viento


porque reunir el dolor

en todo este silencio,

es descubrir un nuevo dialecto,

un rumor de cristales ,

o crepitar de sombras

que esconden un refugio

mientras orbito en la espera


tú, llevas los ojos tiznados

de historias inconclusas,

te pareces a la invisible voz

oculta en los minerales,

o al corazón que pulsa

en la pulpa más madura

oculta en las frutas


y te oigo,

sucede que el crepúsculo

te trae a tientas, como una profecía,

como un rito que nombra

a todos mis muertos,

una especie de conjuro

tras la hoguera

que enciendes en mi alma

Celda


 La mentira es un nudo,

una raíz de fuego

que enreda todo lo que toca


es un oscuro río

que fluye hacia dentro

y se despliega incesante

como gotas de mercurio


en sus manos

somos de hojalata,

contenemos el eco de sus voces,

la herida en su desamparo,

su llama nos malea, nos deforma


es una celda

sobre el barro de uno mismo,

un reflejo en agua turbia,

que se abre

igual que una flor

sobre una cripta


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martes, diciembre 5

Letargo

 


De noche, 
pequeñas orbes adornan
las erguidas farolas
que acompañan al silencio

entre cierro los ojos
y trato de alcanzarlas,
trato de habitar su estela
pues carezco de fulgor
como brote de durazno en invierno 

desde aquí
escucho como el eco del día
rebota en los muros,
como la casa cruje
en un hábito de ausencias,
como mi cuerpo engulle 
el limitado candor 
que le resta a mi alma

¿Cómo deshabitar 
el carrusel de recuerdos ?
si espejean sombras
desde mis anhelos

en esta habitación,
son de cobre mis huesos,
resplandecen ante el sol
y su corazón de estrella solitaria

voy cediendo al vértigo
que trae el calendario,
a la prisa en los relojes
cuando la rutina se apodera
pero yo no me alcanzo

Y por estos días, existir 
se asimila al trueno
antes del relámpago.

Desesperanza

 "Como los primitivos junto al fuego el rebaño se arremansa atomizado en la noche de las cincuenta estrellas, junto a la televisión en colores.

De esa llama sólo se salvan los cuerpos. En cada hogar una familia a medio elaborar clava sus ojos de vidrio en el pequeño horno crematorio donde se abrasan los sueños". Enrique Lihn
-------------------------- No todo es silencio en el abismo que es el abandono, caminar estas calles, por ejemplo, es un alarido, un vaivén de techos oxidados en un fallido intento del sol por calmar el frío en las entrañas de la pobreza. Todo carece de color y esconde matices al mismo tiempo, niños enfrentando la fragilidad de sus sueños entre suciedad y un rumor de bicicletas , entre disparos y el tintineo de sus últimos centavos, entre la infancia y la urgencia de crecer todo desde aquí parece indomable, incluso el despojo y la alegría que todos los inmigrantes esconden, ese desierto escondido en la gratitud, ese temor de manifestarse desolados y hambrientos de patria la noche abre las fauces en estas poblaciones, pone en peligro la certeza de que el esfuerzo persevera, deshilvana uno a uno los retazos de las confianzas heridas, de las respuestas que buscan terminar con el desamparo, abrir de una vez el cerrojo en la jaula que llevan por alas.

Nudo

 Existe una habitación en mi alma,

que no deja escapar a sus miedos, que atesora la congoja de las palabras nunca versadas, que rememora encuentros en la inquietud del frío y el eco de otros cuerpos en mi cuerpo Allí siempre es de noche, siempre se prenden las mansardas con luces de puertos tras la niebla, siempre se anclan las palabras al pasado y todos sus infortunios, siempre se encienden las ventanas de otras habitaciones a lo lejos, habitaciones que dejan escapar la luz que se esconde en todos mis prismas Aquí el miedo es una tempestad, es el tacto de una vieja canción desgranando los huesos, es la cicatriz de sus espejismos propagándose y yo, soy inquilina eterna en su crepitar de relojes y alaridos, voy oscureciendo sin poder detenerme, soy el insondable pálpito de esta soledad fugitiva, la impaciencia del recuerdo, la ceniza en el incendio que es la nostalgia.

domingo, septiembre 17

Insurgente deseo

 Por Medusa y Sandia

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Reconozco en ti
el rito insigne de la impaciencia,
donde amaste con holgura,
donde el pueril frenesí de los cuerpos
dejo rastros de su invisible tacto


reconozco e intuyo
la trayectoria de tus manos
donde sabes que te espero
con esta piel incendiada

desde la sospecha de tu aliento

y son tus manos
errantes escalofríos a lo incierto,
el fuego enraizado en la garganta,
la humedad de tus olas azotando


y es tu cuerpo
el implacable vaivén que mece las dudas
la ventisca de anhelos que disipa el ardor
es tu aliento la promesa de la tempestad que nos arrasa


¿Cómo escapar si eres prisión?
¿Cómo no ceder si me diluyo?
En tus manos soy barro primordial,
y adopto todas tus formas


¿Cómo dejarte ir si haces de mí esto que soy?
¿Cómo gritar no, si esta urgencia de vos es flama?
en tus labios soy origen y destino


en esta hoguera amor,
crepitar desde tu aliento es pecado,

seremos siempre del cielo efímero
el hálito que muere
el gemido callado que no nos nombre,

aunque el vaivén nos deje a la deriva
aunque el deseo sea estandarte

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Un honor unir nuestras letras, espero tengamos otra cita amiga.

Remembranza


Últimamente, las tardes son impertinentes llegan con la tierna solemnidad del viento

y sus guitarras, 
su rito de gaviota y golondrina,
despeinando el parrón, que por las tardes 
se sienta a mirar el abuelo 

como un árbol,
crece lenta mi nostalgia,
pareciera florecer de pronto 
con la fragilidad  infinita de lo íntimo,
con la incertidumbre en los viajeros 

y encuentro aquí
la inmensa quietud de mi alma,
como una hoja bailando en el viento,
como el sol colándose entre las ramas, 
donde descuelgo todas mis sombras,
donde por ratos, de pronto, enmudezco 

sumergida en la memoria
vuelvo a tientas a mi cuerpo,
a la historia de ciudad nocturna,
alaridos de perros y amores tardíos

porque hay pueblos completos  bajo mis palabras,
yo no las nombro, por miedo a violentarlos.

viernes, septiembre 15

Desde la Nostalgia.

"Quizás contigo estuve

tan demasiado cerca de tu reino,

que necesito ahora desmentirte,

utilizar los trucos que uno tiene

para poder seguir."


Luis García Montero


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Bajo las sábanas
mi cuerpo es eco del recuerdo,
un incómodo huésped
habitando las ruinas, los vestigios
de la lumbre que fuimos

y perderse aquí, no es opción,
es más bien un hábito,
el oscuro pulsar de fugitivos anhelos
esperando palidecer en las fotografías ,
consumir su luz primordial
y confundirlos, de pronto, con los astros

Porque yo no sé huir de la prisa,
del hambre que te trae aquí a mis manos,
ni sé de distancias, ni del tiempo
cuando te invento en el aire
y tus manos secuestran a mis manos,
cuando es incendio el desamparo,
cuando el tiempo nubla tus farolas
y apenas vislumbro
el tímido fuego de tu carne


Sin embargo, anónimo,
eres hueso en este cuerpo,
vagas persistente, oculto,
como una muerte invisible al aliento.

domingo, septiembre 10

Naufragio


Como una barca desbaratada en la costa,
mis partes frágiles están expuestas,
erosionadas por la sal y la humedad
que deja la nostalgia y las heridas
de los monólogos del tiempo 

con esa misma ventisca de las tardes
palabras de arena se arremolinan
y deshacen en mi lengua,
como si no quisieran formarse,
como si todo lo que he dicho
no dejase jamás mis costas 

las olas se suceden
tratan de tocarme, alcanzarme
y ensimismada logro divisarme a lo lejos
en el reflejo de la tarde,
extinguiéndome de pronto
como un oscuro sol que deja la tierra

y a veces logro escapar
de la soledad y sus invisibles anclas,
logro levitar, apenas,
desde el eco que trae consigo el recuerdo,
desde el anhelo de lo incierto,
desde y hacia las costas no descubiertas
de descubrirse inexplorado

y encender el yerto fuego tras mis lunas
cuando la niebla está hecha de voces,
cuando suben por mi espalda como escalofríos, 
es refugio antes de volcarse en la marea, 
antes de hundirse en el espejo
y sumergir uno a uno los mástiles 
que sostienen mis heridas

desde el crepúsculo
observo las luces de mis ciudades fantasmas,
su candor de estrella temblorosa,
dejando atrás su vocación de sirena,
sus calles de geometría imperfecta,
sus inconclusos laberintos a mi alma.

viernes, septiembre 8

Reflejo

"Entonces, cuando la sangre me golpea por dentro, es como si alguien me estuviera llamando con los nudillos en el vientre y siento mi propio sonido de cobre en la cama"

Ojos de perro azul - Gabriel García Márquez.
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El aquí es mirar desde tantas ventanas
una y otra vez
el reflejo de mí misma,
tantos momentos
en tantas otras ventanas del tiempo,
desde donde también me observo

y a ratos parezco la misma:

mujer de melancolía alargada,
escudriñando el cielo,
enraizándose en lo incierto
que grita y crece
como aquí crecen las sombras

y no quiero verme a los ojos,
ya es demasiado crecer entre soles
y anhelos de tantas de mis versiones,
porque mi cuerpo es una jaula,
miles de azules pájaros
muriéndose de frío e inanición,
pues no soy capaz de aceptarme

¿cómo se ama uno en la oscuridad?,
¿cómo puede uno encender a su alma,
sumergirse en el revés,
si no acepta antes sus nebulosas?

¿cómo puede una aceptarse?,
si el amor le queda grande
y es tan presente la agonía

el “aquí” es espanto,
es una canción en bucle que me quiebra,
es la incandescencia que espejea
entre el tornasol de sus fragmentos,
el reflejo de todas las que fuí,
soy y seré…
siempre aferrándose a la oscuridad,
a las partes improbables de sí misma

todo vuelve a mi alma,
como un pájaro de furia,
todo me daña, todo despliega su existencia
y no resisto el existir,
el ser tan vulnerable a mí misma

llueve y el frío me recuerda a lo incierto,
a la brecha que se esconde en la voz de los ancianos
de tanto callar a sus abismos.

Te vas.

 "Llueve. Y estoy pensando

en ti. Y estoy soñando.

Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado."

Gabriel García Márquez

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No me despiertes:

Soy de sal y ceniza
en los finales,
me desarmo en las orillas,
y aún siento el oleaje azotándome,
porque abrir los ojos ahora
a pesar de la desnudez,
es desvestirse de adentros,
de reveses y desaciertos,
de flagelantes naciones de alambre
sosteniendo nuestros últimos monolitos,
engarzando sus calles
con el eco que exhalan nuestros pasos

Y por favor, no me mires:

Son tus ojos espejismos,
Quemaduras dormidas en el pecho,
Que queman desde las voces
de todas nuestras cosas,
muladar de olvidos
Obtuso paisaje a la oquedad
De soltarte

Tan solo, no hables:

Desconozco tus palabras,
precipitan en mí tus dudas,
desatas tus vendavales
y, por lo tanto, crepitas
en esta habitación,
y desde tantos manglares en mi alma
invisibles y apagándose de pronto
como pequeñas ciudades costeras,
sin el tacto, ni el rumor de tus urbes

Y sobre todo, no me toques:

ser consciente de esta piel,
del filo de tu tacto
es inquietante,
deshilar cada puntada
bajo la humedad de tu cuerpo,
es remover todo el rocío que me viste,
anacaradas siluetas precipitándose al vacío.

Hay una tormenta aquí adentro
y tus manos son relámpagos.

Misterio

 "Deja que el tiempo fluya lentamente

entre el paisaje y tú
y que el silencio ponga acentos
de leve melancolía en cada cosa."


Miquel Martí I Pol

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Llegas con los ojos
colmados de órbitas que desconozco,
desplegando tus mundos
con un tumulto de lluvia
e incandescente clamor de laberintos,
como único refugio a la nostalgia

llegas, a lo hondo del reflejo
a zurcir quizás qué heridas,
como un gorrión aturdido por la bruma,
como un liquen abriéndose en vigilia

y es esta urgencia de quietud
la que me arroja a tu penumbra,
a tu oscuridad de templo quebrantable,
el desafío que supone tu silencio,
tus palabras y el rito de su enjambre

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inspirado por este otro misterio by Gonvedo.


Dejas en mí la desnudez
de tu soledad de ninfa
al arbitrio de la duda
como una borla de melancolía
en el velado remanso mecido
por el eco del brillo de tu sol
entre las cenefas de opalescentes lunas.
Y hay un misterio en ti,
en ese silencio inmóvil
que exhalan los días más oscuros,
cuando la noche quiso repuntar
sobre tu piel dormida
como una breve luz que apenas te soñara.

domingo, agosto 20

Inmersa

 "Hay corazones sin dueño,

que no tuvieron nunca la oportunidad

de regir como un péndulo casi atroz

el laborioso espasmo de la carne."

Roberto Juarroz.


.

No puedo escribir en alegría,
y no es un mal entendido,
abrazo cada una de mis victorias,
de mis días acuarelados,
pero la melancolía ronda
y desahuciar a mi cuerpo
de su calor y su tacto,
es un vórtice implacable

estoy en pausa,
absorta en estos cielos desnudos
en los días y sus tildes,
no pudiendo encontrar las palabras esdrújulas,
todo se resbala de mí,
y es holgado su silencio.

quisiera salvarme del mundo,
enmudecer como las nubes,
volcar los ojos hacia dentro
y reconocer en mi oscuridad
la brillante raíz de la quietud

porque el abandono
ha desplegado sus aludes
y el vacío es certero,
me abruman sus escombros

incendiaré estas ahogadas palabras
en cada una de mis habitaciones,
y será el frío fulgor de mis anhelos
quién descuelgue del día
la inmortalidad del miedo y todo su remanso.

Melancolía

 Nada detiene al latido

que hilvana una despedida,

es como la desnudez

antes de hacer el amor por las mañanas,

correr dentro de uno mismo

gritando palabras como de ceniza


es inventar el peso de otro cuerpo

como una raíz de aire,

es el vacío y su tumulto de lluvia,

lo invisible despoblando la mirada


y evadir con cierta desesperación al silencio,

es asimilar lo elocuente que es la ausencia:


esperar la tarde sintiendo aeropuertos,

abotonarse en el pecho una grieta insondable

alimentando al rumor del desamparo.