lunes, noviembre 30

Intrusion


Photo by unknown author.

La escalera tiene 9 peldaños, el sol que entra por la ventana proyecta luz sobre uno de los discos que escuchaba, y es así como nace el arcoiris en el techo. Todo desde este rincón parece pretencioso, incluso las nubes y su condición etérea: el color que les brinda el cielo, dependiendo de la colisión del sol en algún horizonte, allí donde nacen gaviotas doradas a surcar el camino de los astros.Y para qué hablar de las montañas, de las colinas: esos grandes paquidermos negándose a despertar, a despegar sus raíces desde el corazón de la tierra. Existen momentos, en los que tengo miedo de perderme en la ventana.


Afuera, la lluvia viste las calles, deja una cicatriz en la voz de los vagabundos, incluso recorre mi espalda, como si esta piel, que a veces desconozco, le perteneciera. A esta hora, parece fácil asumir lo invisible del silencio entre los libros, la madera que habla de Prometeo en la chimenea o contar palabras con esta lengua arenosa. Algo en mí, sacude sus espinas. Y el sur nunca fue tan bóveda, ni tan guarida, como lo es por estos días. Ni circulo ártico, ni sol de medianoche, ni poema cojo, nuca, clavícula o lunar. Este sur no aparece en las brújulas, no se deja ver en los espejos.


Debo admitir, que aún escribo cartas sin destino, cuando es hora del bar y los tragos me gritan tus sílabas en los huesos. Porque te arrastras a mis piernas, muerdes mis muslos, abres tu boca de azufre y traes a Paz hasta el borde de las sombras, antes de chocar con la luz que entra por debajo de la puerta. La desnudez me queda grande y Márquez me recuerda al frío, todo lo que falta para alcanzarte.


Este agujero es una nación de alambre.

miércoles, noviembre 4

To stay still

Photo by unknown author


Todo lo que queda es el miedo.

el miedo de que alguien venga,
abra tus puertas, tus ventanas,
y se pasee por la casa que hice en el aire.

la de los niños, la del perro,
las artesanías, los cuadros,
las canciones y libros
desparramados en esa tierra de nadie,
pero que es tan nuestra.

tengo miedo de los poetas
y su lengua de plata,
de sus cobras por ojos,
de su sangre latente
y su embrujo de sirenas.

respecto a ella,

no es su piel la que repudio,
ni el filo de sus ojos,
es más bien el terror
a que la muerdas como una manzana
y hagas patria en su aliento.

a que vengas
y desconozcas mis cielos,
que dejes la barca y te lleves los remos,
tengo miedo de lo vacío que se verá el espejo.

S/t

Photo by unknown author

Aún sin la escafandra,
aquí todo es silencio.

la mañana y su boca de azufre,
es la ola que crece en los declives,

espinas en la cama,
la lengua del sol en mi garganta,
el nombre que esconden tus lunares,
toda la luz que decanto de las sombras