lunes, noviembre 3

(A) mar


Dueto Gia / Anuar


los juncos se besan
unos a otros

el viento se enreda en sus abrazos
silva raíces donde solo hay vacío

mira como se retuerce el poema

pareciera que el viento del que hablo saliera de tu boca,
como un suspiro a falta de latidos

estoy viajando
me ves desaparecer entre los signos
es el lenguaje ausente

yo diría que es la ausencia de uno mismo en el resto,
quizás escondida en las palabras
y en estos juncos que ahora me recuerdan a tu abrazo

habrá
sólo el tiempo acariciándote

habrá, quizás,
añejos poemas besándote las huellas,
una palabra de arena
urgiendo a la sed de desnudarse las sílabas

cuando las sílabas se desnudan el poema no pude seguir
(es mi manera de decir: fin)

pero aún se agitan palabras en la garganta,
ya las veo venir, allá, bajo tus muecas

mis muecas dicen adiós desde el no existen

tus muecas hormiguean en las mías

quizás existe una palabra
en las páginas de algún viejo libro
que reúna todas tus sonrisas

quizá detrás del viejo libro, te bese mi ausencia

quizás ojee un par de páginas,
y encuentre un verbo para tus miedos,
una tilde para el nada que me llenas
y una coma para esta distancia

un mar esta esperando estallar
hasta que una coma este a nosotros de distancia

te imaginas?
entre comillas esperaría una coma
y a ese mar, le daría por barca tu abrazo

húndome en tus manos
ola

y acá ya amaneció
mientras nos anochecía ese mar
en los bordes



La poesía
siempre
es como un puente entre nosotros
gracias por el Mar Antü.

domingo, noviembre 2

Fotografías


·Dueto con Daniel·


Recuerdo al abuelo
saliendo a caminar con su cojera de barco
uno a punto de naufragar a la izquierda
junto a sus perros, caminos, soles y cerros...

hablando de ciudades,
mientras el calor le mordía las sienes,
el viento se refugiaba en su camisa
y sus manos recorrían los trazos
de la historia en sus arrugas

a veces pareciera escuchar sus manos,
sacudiendo la bastilla del pantalón
de tanto recorrer caminos,
o el quejido en su guitarra
después de inventar alguna melodía

y es el aroma del té que calentaba en la fogata
el que trae consigo un concierto de sombras,
que son él mismo habitando mis cajones,
saliendo del ayer como un árbol de niños
todos frutos de su historia

yo extraño el diente que colgaba en sus encías,
que aunque solitario, alcanzaba para una sonrisa


Gracias por esto.

sábado, noviembre 1

Voz (vos)


Me gusta como suena la guitarra
cuando todo esta en silencio,
se parece a los niños jugando bajo la mesa
o escondiéndose en el closet
para descubrirse a si mismos en el miedo

incluso me recuerda al abuelo
desvistiendo chiquillas con los ojos entre abiertos,
imaginando el calor de sus pechos bajo la ropa,

inclusive asemeja
al quejido entre dientes que traspasa el muro,
la vecina como ahogándose de ganas,
mientras el marido piensa
en las manchas sobre el muro
asimilando las pecas sobre otra espalda