De noche,
pequeñas orbes adornan
las erguidas farolas
que acompañan al silencio
las erguidas farolas
que acompañan al silencio
entre cierro los ojos
y trato de alcanzarlas,
y trato de alcanzarlas,
trato de habitar su estela
pues carezco de fulgor
como brote de durazno en invierno
desde aquí
escucho como el eco del día
rebota en los muros,
como la casa cruje
en un hábito de ausencias,
como mi cuerpo engulle
el limitado candor
que le resta a mi alma
¿Cómo deshabitar
el carrusel de recuerdos ?
si espejean sombras
desde mis anhelos
en esta habitación,
son de cobre mis huesos,
resplandecen ante el sol
y su corazón de estrella solitaria
voy cediendo al vértigo
que trae el calendario,
a la prisa en los relojes
cuando la rutina se apodera
pero yo no me alcanzo
Y por estos días, existir
se asimila al trueno
antes del relámpago.