domingo, septiembre 17

Insurgente deseo

 Por Medusa y Sandia

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Reconozco en ti
el rito insigne de la impaciencia,
donde amaste con holgura,
donde el pueril frenesí de los cuerpos
dejo rastros de su invisible tacto


reconozco e intuyo
la trayectoria de tus manos
donde sabes que te espero
con esta piel incendiada

desde la sospecha de tu aliento

y son tus manos
errantes escalofríos a lo incierto,
el fuego enraizado en la garganta,
la humedad de tus olas azotando


y es tu cuerpo
el implacable vaivén que mece las dudas
la ventisca de anhelos que disipa el ardor
es tu aliento la promesa de la tempestad que nos arrasa


¿Cómo escapar si eres prisión?
¿Cómo no ceder si me diluyo?
En tus manos soy barro primordial,
y adopto todas tus formas


¿Cómo dejarte ir si haces de mí esto que soy?
¿Cómo gritar no, si esta urgencia de vos es flama?
en tus labios soy origen y destino


en esta hoguera amor,
crepitar desde tu aliento es pecado,

seremos siempre del cielo efímero
el hálito que muere
el gemido callado que no nos nombre,

aunque el vaivén nos deje a la deriva
aunque el deseo sea estandarte

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Un honor unir nuestras letras, espero tengamos otra cita amiga.

Remembranza


Últimamente, las tardes son impertinentes llegan con la tierna solemnidad del viento

y sus guitarras, 
su rito de gaviota y golondrina,
despeinando el parrón, que por las tardes 
se sienta a mirar el abuelo 

como un árbol,
crece lenta mi nostalgia,
pareciera florecer de pronto 
con la fragilidad  infinita de lo íntimo,
con la incertidumbre en los viajeros 

y encuentro aquí
la inmensa quietud de mi alma,
como una hoja bailando en el viento,
como el sol colándose entre las ramas, 
donde descuelgo todas mis sombras,
donde por ratos, de pronto, enmudezco 

sumergida en la memoria
vuelvo a tientas a mi cuerpo,
a la historia de ciudad nocturna,
alaridos de perros y amores tardíos

porque hay pueblos completos  bajo mis palabras,
yo no las nombro, por miedo a violentarlos.

viernes, septiembre 15

Desde la Nostalgia.

"Quizás contigo estuve

tan demasiado cerca de tu reino,

que necesito ahora desmentirte,

utilizar los trucos que uno tiene

para poder seguir."


Luis García Montero


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Bajo las sábanas
mi cuerpo es eco del recuerdo,
un incómodo huésped
habitando las ruinas, los vestigios
de la lumbre que fuimos

y perderse aquí, no es opción,
es más bien un hábito,
el oscuro pulsar de fugitivos anhelos
esperando palidecer en las fotografías ,
consumir su luz primordial
y confundirlos, de pronto, con los astros

Porque yo no sé huir de la prisa,
del hambre que te trae aquí a mis manos,
ni sé de distancias, ni del tiempo
cuando te invento en el aire
y tus manos secuestran a mis manos,
cuando es incendio el desamparo,
cuando el tiempo nubla tus farolas
y apenas vislumbro
el tímido fuego de tu carne


Sin embargo, anónimo,
eres hueso en este cuerpo,
vagas persistente, oculto,
como una muerte invisible al aliento.

domingo, septiembre 10

Naufragio


Como una barca desbaratada en la costa,
mis partes frágiles están expuestas,
erosionadas por la sal y la humedad
que deja la nostalgia y las heridas
de los monólogos del tiempo 

con esa misma ventisca de las tardes
palabras de arena se arremolinan
y deshacen en mi lengua,
como si no quisieran formarse,
como si todo lo que he dicho
no dejase jamás mis costas 

las olas se suceden
tratan de tocarme, alcanzarme
y ensimismada logro divisarme a lo lejos
en el reflejo de la tarde,
extinguiéndome de pronto
como un oscuro sol que deja la tierra

y a veces logro escapar
de la soledad y sus invisibles anclas,
logro levitar, apenas,
desde el eco que trae consigo el recuerdo,
desde el anhelo de lo incierto,
desde y hacia las costas no descubiertas
de descubrirse inexplorado

y encender el yerto fuego tras mis lunas
cuando la niebla está hecha de voces,
cuando suben por mi espalda como escalofríos, 
es refugio antes de volcarse en la marea, 
antes de hundirse en el espejo
y sumergir uno a uno los mástiles 
que sostienen mis heridas

desde el crepúsculo
observo las luces de mis ciudades fantasmas,
su candor de estrella temblorosa,
dejando atrás su vocación de sirena,
sus calles de geometría imperfecta,
sus inconclusos laberintos a mi alma.

viernes, septiembre 8

Reflejo

"Entonces, cuando la sangre me golpea por dentro, es como si alguien me estuviera llamando con los nudillos en el vientre y siento mi propio sonido de cobre en la cama"

Ojos de perro azul - Gabriel García Márquez.
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El aquí es mirar desde tantas ventanas
una y otra vez
el reflejo de mí misma,
tantos momentos
en tantas otras ventanas del tiempo,
desde donde también me observo

y a ratos parezco la misma:

mujer de melancolía alargada,
escudriñando el cielo,
enraizándose en lo incierto
que grita y crece
como aquí crecen las sombras

y no quiero verme a los ojos,
ya es demasiado crecer entre soles
y anhelos de tantas de mis versiones,
porque mi cuerpo es una jaula,
miles de azules pájaros
muriéndose de frío e inanición,
pues no soy capaz de aceptarme

¿cómo se ama uno en la oscuridad?,
¿cómo puede uno encender a su alma,
sumergirse en el revés,
si no acepta antes sus nebulosas?

¿cómo puede una aceptarse?,
si el amor le queda grande
y es tan presente la agonía

el “aquí” es espanto,
es una canción en bucle que me quiebra,
es la incandescencia que espejea
entre el tornasol de sus fragmentos,
el reflejo de todas las que fuí,
soy y seré…
siempre aferrándose a la oscuridad,
a las partes improbables de sí misma

todo vuelve a mi alma,
como un pájaro de furia,
todo me daña, todo despliega su existencia
y no resisto el existir,
el ser tan vulnerable a mí misma

llueve y el frío me recuerda a lo incierto,
a la brecha que se esconde en la voz de los ancianos
de tanto callar a sus abismos.

Te vas.

 "Llueve. Y estoy pensando

en ti. Y estoy soñando.

Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado."

Gabriel García Márquez

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No me despiertes:

Soy de sal y ceniza
en los finales,
me desarmo en las orillas,
y aún siento el oleaje azotándome,
porque abrir los ojos ahora
a pesar de la desnudez,
es desvestirse de adentros,
de reveses y desaciertos,
de flagelantes naciones de alambre
sosteniendo nuestros últimos monolitos,
engarzando sus calles
con el eco que exhalan nuestros pasos

Y por favor, no me mires:

Son tus ojos espejismos,
Quemaduras dormidas en el pecho,
Que queman desde las voces
de todas nuestras cosas,
muladar de olvidos
Obtuso paisaje a la oquedad
De soltarte

Tan solo, no hables:

Desconozco tus palabras,
precipitan en mí tus dudas,
desatas tus vendavales
y, por lo tanto, crepitas
en esta habitación,
y desde tantos manglares en mi alma
invisibles y apagándose de pronto
como pequeñas ciudades costeras,
sin el tacto, ni el rumor de tus urbes

Y sobre todo, no me toques:

ser consciente de esta piel,
del filo de tu tacto
es inquietante,
deshilar cada puntada
bajo la humedad de tu cuerpo,
es remover todo el rocío que me viste,
anacaradas siluetas precipitándose al vacío.

Hay una tormenta aquí adentro
y tus manos son relámpagos.

Misterio

 "Deja que el tiempo fluya lentamente

entre el paisaje y tú
y que el silencio ponga acentos
de leve melancolía en cada cosa."


Miquel Martí I Pol

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Llegas con los ojos
colmados de órbitas que desconozco,
desplegando tus mundos
con un tumulto de lluvia
e incandescente clamor de laberintos,
como único refugio a la nostalgia

llegas, a lo hondo del reflejo
a zurcir quizás qué heridas,
como un gorrión aturdido por la bruma,
como un liquen abriéndose en vigilia

y es esta urgencia de quietud
la que me arroja a tu penumbra,
a tu oscuridad de templo quebrantable,
el desafío que supone tu silencio,
tus palabras y el rito de su enjambre

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inspirado por este otro misterio by Gonvedo.


Dejas en mí la desnudez
de tu soledad de ninfa
al arbitrio de la duda
como una borla de melancolía
en el velado remanso mecido
por el eco del brillo de tu sol
entre las cenefas de opalescentes lunas.
Y hay un misterio en ti,
en ese silencio inmóvil
que exhalan los días más oscuros,
cuando la noche quiso repuntar
sobre tu piel dormida
como una breve luz que apenas te soñara.