sábado, mayo 24

Pulso

Lo que callamos crece en silencio:


es el desasosiego,

las voces arrastrándose, que traen a mí

los nombres que nos dimos

bajo el manto que nos otorgó el cielo


(el frío se parece a tus manos)


nadie nunca conoció

el verdadero ritual de nuestros corazones,

las fragilidades descubiertas

la calidez de la compañía en tus ojos,

o la verdad detrás de los míos


nadie nunca supuso esta espera,

esperarte bajo el tímido pulso de la ciudad

y sus fugitivas sombras,

esperarte sobre el viento

y el quiebre en las mañanas,

la inquietud de la memoria expuesta ,

incendiando miedos

en el bracero en los prejuicios


y sentir todo el cielo dentro

abriéndose al vuelo,

era arrojarse al vértigo

en la trayectoria de tus nubes,


El cuerpo descubriendo su concavidad,

el silencio siendo eco de sí mismo