Lo que callamos crece en silencio:
es el desasosiego,
las voces arrastrándose, que traen a mí
los nombres que nos dimos
bajo el manto que nos otorgó el cielo
(el frío se parece a tus manos)
nadie nunca conoció
el verdadero ritual de nuestros corazones,
las fragilidades descubiertas
la calidez de la compañía en tus ojos,
o la verdad detrás de los míos
nadie nunca supuso esta espera,
esperarte bajo el tímido pulso de la ciudad
y sus fugitivas sombras,
esperarte sobre el viento
y el quiebre en las mañanas,
la inquietud de la memoria expuesta ,
incendiando miedos
en el bracero en los prejuicios
y sentir todo el cielo dentro
abriéndose al vuelo,
era arrojarse al vértigo
en la trayectoria de tus nubes,
El cuerpo descubriendo su concavidad,
el silencio siendo eco de sí mismo