Photo from Dudok's de Wit shortcut "Father and Daughter".
Existe un sonido, entre todos los sonidos, que me hace viajar a la niñez en un cometa. Puedo nombrar en primera instancia: el carrusel y su oxidado corazón, el sonido de los árboles, o la campana del colegio de monjas en el que estudié. Pero el sonido del que hablo, es aún más volátil, aún más simple y al mismo tiempo complejo. Hablo del sonido de la bicicleta al contacto con el asfalto. Sí, ese mismo. El sonido de la rueda en movimiento, el zumbido que hace la llanta sobre el suelo y que el sol hace arder en un afán casi retorcido.
Existe algo en la bruma que crea ese calor, en el sonido que habita esa instancia, algo que me hace volver a correr por la casa de la abuela, gritarle a las gallinas en el patio y escribir frases en los muros, frases que ahora además de esconderse, encierran nuevos misterios.
Tres pecas en el mentón, lumbago pronunciado y una desordenada cabellera rubia, hacían parecer a la abuela, un gran girasol. Recuerdo sus ojos descubriéndome, cada vez que inventaba historias absurdas del mundo, como los grandes elefantes del tiempo, siendo confundidos por montañas, o como las gaviotas al tocar el horizonte, se convertían en plata. Ella solo asentía con una mueca, una casi parecida a un guiño, para luego sentarse en la terraza a tomar mate, mientras el sol se hundía del otro lado del planeta. Aún ruge en mí su vocación de sirena: su voz meciéndose en la madrugada, tratando de abrumar al insomnio, que le abrazaba los párpados.
“Debes disfrutar la vida” decía, “Imagina que es como un paseo en bicicleta”.
Existe algo en la bruma que crea ese calor, en el sonido que habita esa instancia, algo que me hace volver a correr por la casa de la abuela, gritarle a las gallinas en el patio y escribir frases en los muros, frases que ahora además de esconderse, encierran nuevos misterios.
Tres pecas en el mentón, lumbago pronunciado y una desordenada cabellera rubia, hacían parecer a la abuela, un gran girasol. Recuerdo sus ojos descubriéndome, cada vez que inventaba historias absurdas del mundo, como los grandes elefantes del tiempo, siendo confundidos por montañas, o como las gaviotas al tocar el horizonte, se convertían en plata. Ella solo asentía con una mueca, una casi parecida a un guiño, para luego sentarse en la terraza a tomar mate, mientras el sol se hundía del otro lado del planeta. Aún ruge en mí su vocación de sirena: su voz meciéndose en la madrugada, tratando de abrumar al insomnio, que le abrazaba los párpados.
“Debes disfrutar la vida” decía, “Imagina que es como un paseo en bicicleta”.
5 Hilvanes:
Excelente, qué manejo del lenguaje y además nada rígido, me gusta lo que leo, me transportaste. Imaginé una niña probandose botas grandes y sombreros, queriendo atrapar al sol entre sus dedos desde su ventana, imaginé el olor de las nubes mezclado con olor de raices y el sonido interno de un muro.
Frecuentemente noto más crueldad en tus letras, me gusta más cuando eres dulce, puedes traducir tu aura con bastante fidelidad.
por favor, decime que estás bien...
...pues desde aquí se los acompaña en la tristeza... ...en los medios son constantes las noticias...
...y cierto es que, en estos días, estuviste más presente que nunca... me tenías preocupada...
...me alegra saber que estás bien... ...tenía el deseo y la necesidad de que así fuese...
......y ya ves, sabrá chile salir airoso y reconstruir lo derrumbado...
todo mi cariño...
: )
sos mágica..
..te quiero.
you're getting very good :)
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