La espesa neblina en mi alma
abraza a estas noches
con su latido de lata,
y disociar es expandirse
quedarle grande a esta casa
pero tan pequeña al mar
que dentro revienta y rebosa,
es el constante susurro de sus olas
el que me hace levitar en el ahora,
hilar diálogos en dialectos que desconozco
porque estoy, pero no atiendo,
no comprendo el vaivén
en la rutina y sus relojes,
soy una nube en ascenso,
y me pierdo,
soy el sol azotando los tejados,
la bruma que abraza esta noche,
el frío silbando en la ventana,
solo habito ...
instancias, estancias, latidos,
la estela incandescente en todas las cosas
y a veces solo no existo,
no me contengo
soy el nudo en las palabras
que no digo,
el ave inquieta
enjaulada en el miedo,
en el revelarse libre,
Soy el tremor
de sentirse vivo
sin alzar el vuelo.